sábado, 12 de enero de 2008

Suecia- Ingmar Bergman


Cualquiera puede hacer una película. Se necesita una cámara filmadora,un buen escenario natural con un lago, un jardín, aves volando, música de fondo y listo, como lo hacemos muchos cuando salimos de vacaciones y después la vemos varias veces en la sala de estar de nuestra casa con los amigos.
Pero una obra maestra que sea premiada con un Oscar no la hace cualquiera. Se necesita, además de varias cámaras y equipos, talento, carácter y genialidad que Ingmar tenía en abundancia.
Estando en Antofagasta (Chile), en mis años de estudiante, tuve la suerte de asistir a un festival de cine sueco y la única película que recuerdo de ese festival fue una de Bergman "El séptimo sello", donde Max Von Sidow y Bibi Andersson actúan magistralmente dirigidas por el maestro. La muerte y la desolación del ser humano frente a frente, la vida como una partida de ajedrez, la edad media y la (in)existencia de Dios.
Solamente un genio podría retratar con imágenes el interior del ser humano, su alma, penas, desolación, angustia, depresión y todos sus temores que están allí invisibles a los ojos de los demás, que son parte inseparable de nuestra existencia.
A Bergman se le rindieron en vida todos los homenajes que se merecía y se le apreció y aplaudió como a pocos, incluso en Suecia.
Fue galardonado con varios Oscar:
1983 Mejor película extranjera, con "Fanny y Alexander"
1961 Mejor película extranjera, con "Como un espejo"
1960 Mejor película extranjera, con "El manantial de la doncella"
Bergman fue también director de teatro y falleció el 30 de agosto del 2007 en la isla Fårö, en la misma fecha en que falleció el director italiano Michelangelo Antonioni.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo, precisamnete por su imperfecta imperfección.

Ingmar Bergmnan