Con el traje típico.

Nos llevaron a Francia sin darnos tiempo a cambiarnos. Es que Pamplona está relativamente cerca de la frontera con Francia. Durante el trayecto tuvimos la oportunidad de hacer un alto para visitar un pueblito muy pintoresco, típico vasco, con casitas antiguas delicadamente renovadas y hermosamente decoradas con balcones llenos de flores. Un verdadero ensueño, como para quedarse allí para siempre admirando esas maravillas. En la foto, en tierras francesas, con los trajes típicos de los Sanfermines.