
Angélica fue nuestra compañera de estudios en la ex-Escuela Normal Superior de Antofagasta y Nury ya la conocía de antes en la ex- Escuela Técnica Femenina de Antofagasta.
En aquellos hermosos días de normalista conoció a Horacio Fredes, que con su elegancia y simpatía conquistó su corazón y pasaron a formar la pareja ideal: El todo un galán y muy caballero. Ella hermosa y radiante. De película.
Nos alegró mucho saber que un día llegaron a trabajar de profesores a Mejillones y siempre fue muy gratificante encontrarse con ellos para compartir la amistad en un ambiente de paz y armonía, recordando viejos tiempos alrededor de un asado, unas copas de vino y un pie de cueca. Y allí estaba ella con su carácter inefable: Salud puh chiquillos, decía, qué bueno que vinieron!!!. Y era inevitable un par de cuecas (no hay primera sin segunda). Horacio como buen serenense baila muy bien la cueca y Angélica le "collereaba".
Angélica le dejó a Horacio dos hijas y un hijo, que heredaron la simpatía de la madre y la amabilidad del padre. O sea que no se fue del todo. En su descendencia encontraremos algo de ella y seguirá, de alguna manera, con nosotros por intermedio de ellos.
Adiós querida Angélica. Ya nos encontraremos en el más allá, nos servirás de guía y nos indicarás el camino que conduce al Reino de los Cielos.

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