miércoles, 4 de junio de 2008

Adiós Angélica.

Los padres de Angélica no pudieron haber elegido un mejor nombre para su hija. Es que Angélica era eso: Un ángel que vino a este mundo para permanecer entre nosotros, con su eterna sonrisa que lo iluminaba todo, con su risa contagiosa que daba gusto, con un gesto siempre amable, con su mirada transparente, pura y cristalina y se fue de regreso a su lugar de origen (el cielo), dejándonos un inolvidable recuerdo.
Angélica fue nuestra compañera de estudios en la ex-Escuela Normal Superior de Antofagasta y Nury ya la conocía de antes en la ex- Escuela Técnica Femenina de Antofagasta.
En aquellos hermosos días de normalista conoció a Horacio Fredes, que con su elegancia y simpatía conquistó su corazón y pasaron a formar la pareja ideal: El todo un galán y muy caballero. Ella hermosa y radiante. De película.
Nos alegró mucho saber que un día llegaron a trabajar de profesores a Mejillones y siempre fue muy gratificante encontrarse con ellos para compartir la amistad en un ambiente de paz y armonía, recordando viejos tiempos alrededor de un asado, unas copas de vino y un pie de cueca. Y allí estaba ella con su carácter inefable: Salud puh chiquillos, decía, qué bueno que vinieron!!!. Y era inevitable un par de cuecas (no hay primera sin segunda). Horacio como buen serenense baila muy bien la cueca y Angélica le "collereaba".
Angélica le dejó a Horacio dos hijas y un hijo, que heredaron la simpatía de la madre y la amabilidad del padre. O sea que no se fue del todo. En su descendencia encontraremos algo de ella y seguirá, de alguna manera, con nosotros por intermedio de ellos.
Adiós querida Angélica. Ya nos encontraremos en el más allá, nos servirás de guía y nos indicarás el camino que conduce al Reino de los Cielos..

No hay comentarios.: