sábado, 30 de mayo de 2009

DEDALO E ICARO

ICARO Y DEDALO
En nuestro reciente viaje a Creta tuvimos la oportunidad de disfrutar de un merecido descanso y aprovechamos de recorrer la isla conociendo lugares históricos, recreando así los conocimientos que adquirimos en la enseñanza secundaria, por allá por los años 60. El palacio de Cnossos, el laberinto de creta, el Minotauro y la fabulosa historia de Dédalo e Icaro que ha sido fuente de inspiración para artistas, poetas, pintores y escultores, además de marcas de fabricación que llevan el nombre de Ikarus.
En la mitología griega era Dédalo un hábil arquitecto y artesano, famoso por haber construído el laberinto de Creta. Dédalo tenía dos hijos: Icaro y Yápige.
Aconteció que Dédalo perdió el favor del rey y fue encerrado con su hijo Icaro en una torre. Ambos lograron escapar de la prisión, pero no podían abandonar la isla por mar, puesto que el rey Minos tenía un absoluto control sobre las embarcaciones que salían y llegaban a Creta.
Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su hijo Icaro, con la idea de salir volando de la isla. Cuando ya todo estaba listo, Dédalo le recomendó a su hijo que al volar no se elevara demasiado porque el calor derretiría la cera con que estaban pegadas las plumas, ni debería volar muy bajo para no mojar las alas.
En el momento adecuado emprendieron el vuelo, pasando por Samos, Delos y Lebintos. Entonces Icaro olvidando las recomendaciones de su padre y fascinado con el arte de volar, se elevó demasiado y el sol derritió la cera y las plumas se despegaron, cayendo a tierra donde murió instantáneamente.
Dédalo llegó sano y salvo a Sicila. Construyó un templo a Apolo y allí colgó las alas como ofrenda al dios.
Esta historia refleja la idea de la desobediencia de los hijos ante los consejos de sus padres.

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