jueves, 25 de mayo de 2006

Icí París.


"Ver París y después morir"
Si el símbolo de Roma es el Coliseo, es indudable que el de París es la Torre Eiffel, ambas construcciones son únicas por su particularidad de concepción y de construcción, ambas sorprenden por sus dimesiones fuera de lo común, ambas, en fin, evidencian una voluntad innata del hombre de crear algo que refleje la medida de su genio. La torre fue construída en 1889 con motivo de la Exposición Universal. Eran los años de la revolución industrial, años de progreso y de conquistas científicas.
En el 2003 fuimos a París. Allí estuvimos compartiendo el cariño con la familia de la doctora Judih Bordones, una excelente persona a quien conocemos desde su infancia y quien le tenemos un entrañable afecto. Ella con toda su amabilidad y gentileza nos sirvió de guía para mostrarnos las grandes maravillas de la "ciudad luz", como se le conoce, centro de la moda, de los perfumes más finos del mundo, con construcciones fabulosas, iglesias y catedrales impresionantes, museos que guardan tesoros artísticos que son patrimonio de la humanidad, centros de diversión nocturna legendarios como el "Molin Rouge", Palacios, teatros como el Olimpia, etc, etc.
Para hacer una reseña que refleje a París en toda su dimensión, hacen falta muchas más páginas de blogg y el Código da Vinci.

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