Desde el establecimiento en todos los países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889 es una lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de
Chicago que fueron ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de 8 horas que culminaron en la huelga del 1 de mayo de 1886 en los Estados Unidos, hecho que fue el origen de que dicha celebración se lleve a cabo en esa fecha.
Curiosamente en los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. Allí celebran la fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre que se viene celebrando desde 1882 a propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire de la Central Labor Union. Esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y por el gobierno para eclipsar el sentido real del Primero de mayo.
Los 8 mártires de Chicago son:
Samuel Fielden, 39 años, pastor metodista y obrero textil, condenado a cadena perpetua.
Oscar Neebe, 36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
Michael Swab, 33 años, condenado a cadena perpetua.
Georg Engel, 50 años, tipógrafo, condenado a muerte en la horca.
Adolf Fischer, 30 años, periodista, condenado a muerte en la horca.
Albert Parsons, 39 años, periodista, condenado a muerte en la horca.
Hessois August Spies, 31 años, periodista, condenado a muerte en la horca.
Louis Linng, 22 años, carpintero, condenado a muerte en la horca.
Tampoco debemos olvidar en esta fecha a los trabajadores chilenos que murieron por conseguir mejoras salariales y de vida en la pampa salitrera. 3.600 entre trabajadores, mujeres y niños, fueron masacrados en la Escuela Santa María de Iquique. Otros centenares fueron asesinados en las oficinas salitreras La Coruña y San Gregorio.
Gracias a esos nobles héroes estamos hoy en mejores condiciones de vida en comparación al régimen de explotación y miseria que a ellos les tocó vivir y sufrir.
Aquí en Suecia 5 trabajadores murieron alcanzados por las balas de las fuerzas de orden a principio de 1900 en jornadas de protesta y todavía son recordados como verdaderos héroes del trabajo.
Actualmente varios miles de trabajadores ilegales en Estados Unidos luchan por conseguir un reconocimiento de parte de las autoridades y regularizar su situación y tener los mismos derechos de los ciudadanos de ese país del norte. No deben olvidar esas autoridades que sus antepasados también fueron emigrantes y que a los primeros que llegaron nadie les pidió pasaporte, ni visa, ni permiso de trabajo.
..."Hasta que un día como un lamento
de lo más hondo del corazón,
por las callejas del campamento
vibró un acento de rebelión.
Eran los ayes de muchos pechos,
de muchas iras era el clamor,
la clarinada de los derechos
del pobre pueblo trabajador" ... (Canto a la pampa)
lunes, 8 de mayo de 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario