Vivir en Europa nos da la posibilidad de viajar a cualquier capital o ciudad importante del continente en un par de horas en avión o 24 horas en bus.
Las agencias de viajes hacen ofertas tentadoras, casi irresistibles, para quienes tenemos ansias de aventura y de querer ver que hay más allá del horizonte.
En el año 1997, a los 50 años de edad, tuve la alegría de viajar a San Petersburgo para conocer algo de la tierra de mis antepasados. Fue una experiencia inolvidable ya que era un trámite que siempre estuvo latente desde que tengo uso de razón. Una emoción enorme al llegar y la sensación de haberme encontrado con algo mío durante el tiempo que permanecí en la ciudad.
San Petersburgo nombre de origen holandés: "Fortaleza de San Pedro" es la segunda ciudad de importancia de Rusia con casi 6 millones de habitantes. Tiene acceso al Mar Báltico por la desembocadura del Río Neva.
Ha cambiado de nombre varias veces: Se llamó Petrogrado ( Petrograd ) que significa la ciudad de Pedro entre 1914 y 1924 y Leningrado (Leningrad en honor a Vladimir Ilich Lenin, padre de la Revolución Soviética) entre 1924 y 1991. Hoy se llama nuevamente San Petersburgo que fue el nombre original.
Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en 1703 con el propósito de deslocalizar la capital y de hecho fue la capital de Rusia de 1712 a 1918. Por ello y por su ubicación geográfica se le dio el sobrenombre de " La ventana a Europa". La ciudad fue escenario principal de las revoluciones de 1905 y de 1917 (la revolución volchevique).
En la fotos. Más arriba La Avenida Nevski, en el centro de la ciudad y a más abajo la Catedral de San Pedro y San Pablo.
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